Thursday, December 06, 2012

ADIÓS A OSCAR NIEMEYER

MUERE OSCAR NIEMEYER A LOS 104 AÑOS



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El arquitecto brasileño Óscar Niemeyer falleció hoy a los 104 años de edad.


















Él tal vez haya sido el único hombre que pudo inventar una ciudad entera en un papel y pudo verla de pie cuatro años después. El brasileño Oscar Niemeyer, uno de los genios de la arquitectura mundial, falleció esta madrugada, a los 104 años, en Río de Janeiro, la misma ciudad en que nació y que inspiró las curvas de su pluma. El arquitecto cumpliría 105 años el 15 de diciembre. [Fotogalería de sus obras]

Niemeyer estaba internado hace más en el hospital Samaritano tras presentar un cuadro de deshidratación provocado por una virosis que le generó reflejos en los riñones. En los últimos días su estado se agravó con una infección respiratoria, que obligó a los médicos a sedarlo y a hacerlo respirar por aparatos. En los últimos días Niemeyer pasó por tratamientos de hemodiálisis y fisioterapia respiratoria. Era ya su tercera internación en un año. En octubre estuvo internado 15 días también por deshidratación y en mayo, el mismo problema, que se agravó con una neumonía que lo mantuvo otras dos semanas en el mismo hospital.

Oscar Ribeiro de Almeida de Niemeyer Soares, nació el 15 de diciembre de 1907, en el barrio de Laranjeiras, en Río de Janeiro, en una calle que años más tarde recibiría el nombre de su abuelo, Ribeiro de Almeida, un ministro de la Corte Suprema famoso por su honestidad y, como él, un ateo convicto. La vida de bohemio la abandonó aún muy joven, a los 21 años, cuando se casó con Anita Baldo, una descendiente de italianos, con quien se comprometió en una Iglesia católica, porque ella así lo quería y para un ateo, daba igual. Así como no tenía problema en diseñar iglesias, las más lindas, con la sensibilidad que no tendría un beato, como la Pampulha, de Belo Horizonte, o la hermosa Catedral de Brasilia, con sus vitrales y ángeles colgantes.

Militancia comunista

La militancia comunista fue otra marca importante en su vida y una influencia ideológica en su trabajo como arquitecto. Nutría una admiración, que era mutua, por su amigo, el dictador cubano Fidel Castro.
Un apasionado por la vida, Niemeyer se resistió bravamente a la muerte a la que enfrentó varias veces en los últimos años. Con un cuerpo más frágil que sentía el peso de la centena de años, el lúcido Niemeyer, despachaba desde su oficina hasta muy poco tiempo y seguía de cerca los proyectos que eran ejecutados por su equipo de artistas, incluso cuando se trataba de obras lejanas, como el Centro Niemeyer, en Avilés.

Aún trabajaba en proyectos

Actualmente, trabajaba en varios proyectos, como un centro cultural en Marruecos y una biblioteca en Argelia. Para dejarlo feliz durante la internación, bastaba contarle sobre alguno de esos proyectos.
En una entrevista a ABC al cumplir los 100 años, Niemeyer contó que llevaba la vida conforme ella se lo permitía. De su longevidad decía: “Digo siempre que tengo sesenta años, satisfecho de hacer todo lo que hacía a esa edad”.

El último de los grandes representantes vivos del inicio del modernismo (Mies van der Rohe, Le Corbusier, Walter Gropius e Alvar Aalto fallecieron hace más de 30 años). Niemeyer tenía el talento de doblar el concreto. En la mayoría de sus obras el principal elemento es la curva, la misma que le da la vuelta al mundo o que le da forma al cuerpo de una mujer. “No me atrae el ángulo recto ni la línea dura e inflexible creada por el hombre, lo que me atrae es la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida, y las del universo”, decía Niemeyer sobre su obra.

La repercusión internacional de su obra lo llevó a ganar incontables premios consagradores, entre los más importantes, el Pritzker, considerado el Nóbel de la arquitectura, en 1988, y el Príncipe de Asturias, en 1989.

Niemeyer, deja viuda a Vera Lucia, 66, su segunda esposa y ex secretaria, con quien se casó en 2006 a escondidas de su familia, y con quien trabajaba hace más de 20 años. Deja también 5 nietos y 13 bisnietos. Su única hija, Anna Maria, falleció en junio, a los 82 años. 
De:

CRÍTICA A LA "CRÍTICA ARQUITECTÓNICA" / ARMANDO ARTEAGA

  De mi libro "La modernidad en la arquitectura", va un capitulo acerca de "Crítica a la "crítica arquitectónica"....