Foto: Jr. Trujillo. Bajo el Puente del Rímac.
Foto: Puente Colonial del Rimac-Lima.
PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO
BAJO
EL PUENTE
DEL RÍMAC
Por Armando Arteaga
Y si el fantasma de la destrucción avanza destrozando torpemente el discreto encanto de ciertas edificaciones del barrio bajopontino, creo que es deber ciudadano impedir que se consolide el caos. Para acabar, por ejemplo, con la anarquía "constructiva" que empieza a transformar varias plazuelas rimenses como la de San Lázaro, que tiene un carácter intangible.
Foto: Techos antíguos del Rímac.
Foto: Balcón antiguo del Rìmac.
Pero, volviendo al “Rímac Histórico”, no hay que olvidarnos de ambientes urbano -monumentales como la Alameda de los Descalzos, el Paseo de Aguas, la Alameda de Acho y, por qué no, el mismo Cerro San Cristóbal, que son espacios importantes y expresión de la comunidad viviente del Rímac. Edificios como la plaza de Acho, la Quinta Presa, el Convento de los Descalzos, mantienen aún los secretos de la gramática arquitectónica de ese gran esplendor constructivo hispanoamericano.
El Rímac puede ser una fiesta edificante del mestizaje constructivo que tuvimos: de la quincha, del adobe, del ladrillo, y de la madera, un concierto estático que se cae a pedazos, casas que se tugurizan y que olvidan "el cielo sin cielo" de nuestra ciudad.
PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO
BAJO
EL PUENTE
DEL RÍMAC
Por Armando Arteaga
No se trata de arrimarle un problema más a Lima. Se trata, específicamente, de llamar a cada cosa por su nombre —aunque la nostalgia ya no es como era antes— y de salvar lo que aún queda de patrimonio arquitectónico y cultural en el Rímac, fuera del damero renacentista de Pizarro.
Foto: Rìmac, tugurios blues. Y si el fantasma de la destrucción avanza destrozando torpemente el discreto encanto de ciertas edificaciones del barrio bajopontino, creo que es deber ciudadano impedir que se consolide el caos. Para acabar, por ejemplo, con la anarquía "constructiva" que empieza a transformar varias plazuelas rimenses como la de San Lázaro, que tiene un carácter intangible.
Foto: Techos antíguos del Rímac.
Foto: Balcón antiguo del Rìmac.
El Rímac, residencia obligada de indios camaroneros, de negros y mulatos de Malambo, vale escenográfica y arquitectónicamente tanto como Lima. Pero nada se está haciendo, por el momento, para salvar este importante patrimonio arquitectónico. Falta iniciativa y decisión municipal, vecinal y privada, para evitar que la "nueva" funcionalidad de la modernización termine desfigurando al Rímac y su imagen urbanística. Para muestra, nos remitimos al botón del jirón Trujillo, en donde el comercio ferial, y el de las pastelerías y zapaterías, que han proliferado últimamente le están cambiando su imagen histórica.
Foto: Cerro San Cristobal.
No sé todavía qué incentivos y compensaciones resultan indispensables para que no se siga burlando con clandestinas y nocturnas demoliciones que están imponiéndole un mosaico chabacano de letreros, carteles y cortinas metálicas, que en nombre del progreso encarnan una destrucción que amenaza con seguir envileciendo las fachadas de las casas y edificaciones afines, es cierto, muchas en ruinas y tugurizadas del jirón Trujillo, Francisco Pizarro, Cajamarca y otras calles. La Municipalidad del Rímac debería tomar cartas en el asunto.
Foto: Calles aledañas al Jr. Trujillo-Rìmac.
Pero, volviendo al “Rímac Histórico”, no hay que olvidarnos de ambientes urbano -monumentales como la Alameda de los Descalzos, el Paseo de Aguas, la Alameda de Acho y, por qué no, el mismo Cerro San Cristóbal, que son espacios importantes y expresión de la comunidad viviente del Rímac. Edificios como la plaza de Acho, la Quinta Presa, el Convento de los Descalzos, mantienen aún los secretos de la gramática arquitectónica de ese gran esplendor constructivo hispanoamericano.
El Rímac puede ser una fiesta edificante del mestizaje constructivo que tuvimos: de la quincha, del adobe, del ladrillo, y de la madera, un concierto estático que se cae a pedazos, casas que se tugurizan y que olvidan "el cielo sin cielo" de nuestra ciudad.
Foto: Calle hacia el Paseo de Aguas.
Foto: Paseo de Aguas.
(Publicado en el Diario Expreso 20-04-1991).
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