Monday, August 07, 2006

NO FUERON 500 SINO MILES DE AÑOS MÀS DE POBLACIONES/ ARMANDO ARTEAGA

8 de Agosto: Día Internacional de las Poblaciones Indígenas.(1) 

Machu Picchu, la ciudadela inka, Cusco, Perù.

NO FUERON 500 SINO MILES DE AÑOS MÁS DE POBLACIONES* 
Por Armando Arteaga 
  
Uno de los aspectos más resaltantes, donde se puede notar el contraste de lo que fue este desencuentro cultural de los 500 años entre el llamado "viejo" y "nuevo" mundo, es la parte referida a la arquitectura y el planeamiento urbano de nuestros pueblos. 

Caral, la ciudad màs antigua de Amèrica, Supe, Perù. 

La admiración que le produce, a un obser­vador detallista como lo fue Alexander Von Humbolt, la arquitectura de estos pueblos nativos es resumida en su expresión: "parece una arquitectura hecha por las manos de un solo arquitecto", es exacta y específica. El sentido de perfección y adecuación que nos produce cada uno de los elementos que conforman el todo de la llamada "arquitectura pre-hispánica", visto como proceso de trabajo, de acondicionamiento territorial, de unidad integral, de equilibrio entre forma y función, es lo que más reluce, para quien inventarió y levantó muchas de las plantas de estas edificaciones. Humbolt en esa expresión nos muestra la admiración sensible que puede tener un observador inteligente del proceso constructivo nuestro.

Piramide en Michoacàn, Mèxico.

Hay que precisar también que tardíamente otros observadores extranjeros como Ann Kendall, Jean Francois Bouchard, Craig Mo­rris, John V. Murra, Charles Wiener, E.W. Middendorf y Adolph Bandelier, no precisa­mente españoles, definen con admiración este proceso urbanístico. Proceso complejo, no estudiado seriamente todavía, que adecuado en su verdadera dimensión de valor, es una de las características más importantes de la historia de nuestra cultura. 
 Complejo Tschudi, parte de la ciudadela de adobes en Chan Chan, en el desierto norteño peruano.
Las construcciones de la revolución lítica de los Chavín; el manejo de los adobes Mochica y Chimú, instalados en la escenografía increíble del desierto peruano; el planteamiento urbano de los Wari e Incas; las aldeas ribereñas de las poblaciones nativas de la Selva, tienen para nosotros -todas esas instalaciones- la capacidad de maravillarnos a primera impresión y volvernos a maravillar cuando sobre ellas racionalizamos nuestra lectura y hacemos cual­quier prospección. Pero no solamente es el pasado, o la mirada hacia atrás, que no nos convierte en estatuas petrificadas -culturalmente hablando-, todo es parte de un proceso truncado con la llegada de los europeos. El arribo de una nueva visión urbanística, no adecuada para nuestras po­blaciones e impuesta por los españoles, terminaron disturbando y distorsionando la lógica de este proceso. Es cierto que las catedrales e iglesias diseñadas por la visión cristiana del arquitecto extranjero, no dejan de ser artefactos hechos por manos artesanas, laboriosas e indígenas, que han sincretizado su versión pagana con la de afuera cristiana.



Maloca: vivienda indìgena en la Amazonìa.

 La arquitectura y las edificaciones de las poblaciones nuestras fueron hechas a sangre y explotación realizada contra lo nativo. Es una arquitectura de piedra, de barro, melancolía agreste y tributaria de nuestros pueblos que con su mensaje terrenal han ido quedando sobre cuadrículas diversas y todo área de trance urbano que tenemos en nuestras ciudades. La modernidad aparente de algunas de nuestras poblaciones está atrapada por la nostalgia de nuestra arquitectura indígena Maya, Quechua, Náhuatl, Chanka, Mochica, Yunga, Tiahuanaco; conclusión diversa e inédita de la reu­nión de todas las sangres de nuestro mensaje. Para el alarife nativo que construyó con sus manos y herramientas originales este proceso urbanístico, que ha sido único y diverso, lo más importante de su mensaje parece ser su actitud temporal por perdurar en este desen­cuentro de criterios y estallido cultural. Mirando hacia el futuro, lo que nos queda, en este renglón de nuestra actividad constructiva nativa, es insistir en la gran sabiduría ancestral nativa con la que se han construido nuestras ciudades; ubicándolas en la actual dimensión temporal de la modernidad, haciéndolas funcionales y adecuadas a las necesidades vigentes para nuestros pueblos actuales. Por último, también debemos insistir en una arquitectura nativa moderna, adecuada al medio ambiente, orgullosa de la piedra y el barro, de la cerámica y la madera, de la caña y el ichu, del soportal y el techo a dos aguas, el zaguán y la cancha, el plano inclinado, de toda esa heterogeneidad y posibilidad que se nos presentará en los años que vendrán.


Maloca actual en la selva de Brasil. 
  
(1) Desde 1995 se celebra el “Día Internacional de las Poblaciones Indígenas”, que empieza el día de la primera reunión, en 1982, del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas de las Naciones Unidas, un órgano subsidiario de la Subcomisión para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos. Las poblaciones indígenas representan casi 300 millones de personas, hablan más de 5,000 lenguas y vivimos en más de 70 países repartidos en el globo terrestre, desde el Ártico hasta el Amazonas, en el Sahara a Australia. La mayoría –más de 150 millones viven en Asia (Bangla Desh, Birmania, Pakistán, Felipinas, Siri Lanka y Tailandia). Somos varias fuerzas importante en lo político y en lo social en las nuevas decisiones de la globalización. Casi 30 millones de indígenas viven en América Latina: Brasil, México, Ecuador. En Bolivia, Guatemala y Perú, las poblaciones indígenas somos más de la mitad de la población total de nuestros respectivos países.  

*Publicado en el Boletín Informativo del Centro de Culturas Chirapaq, Lima-Perú. Edición Especial N- 11-14, 1993.

Tuesday, August 01, 2006

EL URBANISMO, OTRA VEZ/ ARMANDO ARTEAGA

 TEMAS DE URBANISMO 
La imagen de la ciudad: ¿qué diría Kelvin Lynch de estos contrastes?. 


 EL URBANISMO, OTRA VEZ*
 Por Armando Arteaga  


 Contraste: la otra imagen de la ciudad.

Las ciudades peruanas fundadas por los españoles varios siglos después aún muestran y padecen las con­tradicciones del encuentro (o desencuentro) cultural que las originó. La obstinación castellana de imponer­le a la naturaleza y a los pueblos dominados una ca­racterización católica, los llevó a diseñar "ciudades abs­tractas": el cuadrilátero central de la Plaza Mayor y la orientación de las calles que trazaron obedecían estric­tamente al modelo urbanístico y a los reglamentos europeos que morcaban la geografía local con la pro­puesta de la autoridad municipal. Jorge Enrique Hardoy ha demostrado en sus trabajos sobre "La influencia del urbanismo indígena en la localización y trazado de las ciudades coloniales" que también en la coloniza­ción ibérica hubo cierto sentido de adaptación: "El geometrlsmo de las ciudades bajo la forma de tablero, se fue haciendo poco a poco, por experiencia y error. La elección del sitio para la localización de las ciudades fue Influenciada, a su vez, por la experiencia urbana precolombina". Hubo pues, un sincretismo urbano. 


Megapolis y mercado: otro contraste.

La caracterización de la ciudad como un "lugar de mercado" es casi un lugar común en la literatura dedi­cada a la problemática urbanística. La ciudad aparece como un fenómeno en donde ocurren dos procesos si­multáneos que permiten caracterizar con realismo el asentamiento poblacional: el mercado (y las reglamen­taciones de la política de la economía urbana) y la auto­ridad política-administrativa que normaba la vida de los habitantes de la ciudad. 


El libro clásico de Thomas Sharp y el urbanismo inglés.

"Civitas" y "polis" expre­saron, históricamente, un modo de vivir y participar. Las civilizaciones que más cerca nos afectan, lo ha ex­plicado Fernando Chueca Goitia en su "Breve Historia del Urbanismo" han constituido tres tipos de ciudades: a) La ciudad pública del mundo ciático, la "civitas" ro­mana, ciudad por antonomasia; b) la ciudad domésti­ca y campestre de la civilización nórdica, y c) la ciudad privada y religiosa del Islam. Muchas son las razones que definen el carácter de la vida de una ciudad. La ciudad es al mismo tiempo, entonces, un hecho económico y una relación política. El espacio urbano asegura, por cierto, derechos relati­vos al destino ciudadano de sus habitantes. 


Plano Virreynal de Lima: Urbanismo europeo antiguo.

Meditando sobre "La ciudad en el Perú", Aurelio Mi­ró Quesada S. ha referido el proceso de urbanización que diseñaron los españoles, como una traza de recuer­dos y nostalgias, pero de adaptación territorial. Es cier­to todo esto. Betanzos se admiraba del carácter de agrupación urbana con plan y sentido que tenía el Cus­co. Eran auténticos polos de vida cultural esas ciuda­des iniciales.  

(*) Publicado en el Diario Expreso, 03/08/1989.

LA OBJECIÒN DEMOGRÀFICA/ ARMANDO ARTEAGA

Temas de Urbanismo
Nuevos asentamientos: por toda la ciudad.  

 LA OBJECIÓN DEMOGRÁFICA: INVASORES Y DESALOJADOS

Por Armando Arteaga 


  Invasiòn poderosa, nuevos ciudadanos.

Desde hace varias décadas Lima no tiene una política coherente de expansión urbana. La ciudad ha crecido (hori­zontal y verticalmente), y seguirá creciendo en desorden. El auge demográfico que presumen nuestros países en vías de desarrollo, por lo menos, en lo que respecta a expecta­tivas de población y sus necesidades de expansión, no se están adecuando a las exigencias del consumo urbano actual y la creciente explosiòn demogràfica . La decaída de las actividades primarias y el estancamien­to relativo de las secundarias, recono­cidas como los niveles más dinámicos y exigentes de nuestra complicada economía, han obligado al sector popular a su incorporación y partici­pación masiva en actividades tercia­rias productivas y culturales minimas.



La estera y la carretilla, dos instrumentos que se complementan.

Los pobladores constructores de nuevos asentamientos humanos son los responsables en gran parte con­siderable del crecimiento urbano de nuestras ciudades principales. Los "marginales" de la década del setenta y/o los "informales" del ochenta, aque­lla masa que es, a la vez, casi todo y casi nada, conforman un status pro­visorio y desafiante para Lima. Estos pobladores que cargando al hombro unas esteras se instalan en el arenal y realizan el sueño de la casa propia, con su talento, paciencia y organiza­ción propia le han arañado, a la sal de los cerros y a la tierra baldía, un poco de vida. No sólo han dominado la di­fícil topografía de nuestros territorios en condiciones adversas transformando terrenos eriazos sin valor en nuevas áreas urbanas para Lima, sino que también están resolviendo el es­pinoso problema de la "emigración ilusoria", o lo que algunos antropologos tambièn han llamado "las locas ilusiones". 

Se van consolidando los nuevos asentamientos humanos.


 Sobre el problema de las invasio­nes y desalojos, los prejuicios que suscitan las diversas opiniones sobre el tema están a la orden del día. Faltan normas legales màs coherentes y realistas, màs actuales a las necesidades urgentes de los problemas vigentes que tiene la urbe actual. Lima no tiene en la práctica un esquema di­rector de desarrollo metropolitano que oriente los mecanismos de parti­cipación individual y/o colectiva, y que les brinde a los nuevos pobladores las posibilidades de nuevas metas en una sociedad en acelerado proceso de urbanización. 


La ciudad de junto al cielo. ¿Qué culpa tiene el tomate?.

Alguien ha clasificado a los hom­bres en maltusianos y antimaltusianos (o populacionistas), pero la mayor parte de las veces las propuestas que parecen válidas y sólidas carecen de fundamento al no ser integrales. Por falta de una observación sistemática, estamos muy mal informa­dos acerca de nuestras propias ciu­dades. Estos "invasores", "bárba­ros", "furtivos", e "indígenas" son nuestro más grande capital humano que no sabemos darle su dimensión estadística. Mientras tanto, el Estado los enfrenta a palo limpio desaloján­dolos y abandonándolos irrespon­sablemente. Toda simplificación abu­siva de lo urbano se presta a falsas interpretaciones. Ni Platón imaginó su “República” como una extraña “Isla”.
¿Se puede desconfiar de la demografía y abandonar las profecías maltu­sianas"?. Todos sabemos que aún que­da un enorme espacio multiplicador de creatividad para arquitectos y urbanistas , y como ciudadanos poder seguir viviendo con alegrìa natural en esta cada vez más deshumanizada ciudad, y tambièn idiota “humanidad”.  

Pobreza urbana.

(*) Publicado en el Diario “Buenos Días”, Lima 07/07/1988.

Monday, June 26, 2006

TRUJILLO, CHAN-CHAN, EL RECREO Y LA BIENAL/ ARMANDO ARTEAGA

PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO
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 Foto: Se va cambiando el perfil arquitectònico con nuevas imposiciones.

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 Foto: Panorama antiguo de la Pza. de Armas de Trujillo.

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TRUJILLO, CHAN-CHAN, EL RECREO Y LA BIENAL

Por Armando Arteaga

Trujillo es actualmente una ciudad que no ha perdido su propio esplendor. Ha recuperado en parte, a su manera, la raigambre de su pasado arquitectó­nico al restaurar las edificaciones más importantes de su centro urbano ubi­cadas dentro del medallón o escudo que circunda la Av. España.
Es una ciudad que —si la compara­mos con Lima— se deja ver limpia, ar­mónica y moderada, a pesar de que padece y vive como Arequipa y Cusco el trance y las vicisitudes del desarrollo urbano desigual. El crecimiento migra­torio al que han sido sometidas las estructuras urbanas de estas ciudades terminarán desarticulándolas, caotizándolas y deprimiéndolas. Pero a pesar de esto, se nota en Trujillo una política de inyección de recursos en infraestructu­ra urbana en las zonas de pueblos jó­venes como El Porvenir y La Esperan­za.

Imagen: Plano de Trujillo Virreynal. Baltasar Jaime Martínez Compañón



RESTOS A LA DERIVA
Foto: Edificaciòn tipica trujillana.        
                                                                                                    
Trujillo es una ciudad con excelen­tes posibilidades de desarrollo regional, hay que promover la inversión de capi­tales para dotarla de los recursos que faltan en la zona. Una ciudad que se precia del pasado histórico y cultural que tiene (en estos días se han conmemorado los 165 Aniversario de la Proclamación de la Independencia de Trujillo), debe precaver, para no lamen­tar después, dando remedio a tiempo con soluciones realistas a los diversos problemas que la aquejan, para que éstos no se agudicen, ni estallen, con las secuelas negativas que traen. Por ejemplo, el cementerio de la ciu­dad, en donde descansan los restos mortales de Víctor Raúl, ha terminado acordonado por las nuevas urbaniza­ciones y se ha quedado ubicado y atrapado en el corazón de la ciudad, lugar nada pro­picio para un cementerio y al que ya no hay que superpoblar sino edificar otro para aliviar las quejas de los ve­cinos de la calle Mantaro que atesti­guan la falta de condiciones sanitarias de la nueva ampliación del cementerio y la presencia de enfermedades alérgi­cas toda vez que la temperatura pro­medio anda por los 28 grados C.; su­mando á esto el problema de la esca­sez de agua que padece en horarios casi toda la ciudad debido a que la demanda actual supera la oferta del viejo abastecedor.

Foto: Trujillo actual.
El centro de Trujillo ha ordenado su tráfico urbano a pesar de que todavía no tiene semaforización, el tránsito vehicular está supeditado al peatonal, y esto es indudablemente un acierto. Lamentamos -eso sí- el abandono en que se encuentra Chan Chan (la ciudad pre-Inca construida en adobes) dada la im­portancia que tiene, pues, es única como monumento histórico en el mun­do, sin embargo se nota una ausencia de política de conservación y restau­ración del patrimonio cultural.

Sólo la ciudadela Tschudi está en parte restaurada y es la parte que se puede visitar, el resto está a la deriva y a pesar del empeño que ponen los cui­dadores y algunos funcionarios, los res­tos de las otras ciudadelas como son la Rivero, Chaiwac, Laberinto, Tello, Bandelier, Uhle, y demás secciones del complejo, están a la mercería de la barbarie humana y de la inclemencia destructiva de la naturaleza.

Foto: Huaca Dragón.


En los diversos lugares de Trujillo en donde se han restaurado edificacio­nes, como la Huaca Arco Iris, estas res­tauraciones y conservaciones, dejan mucho que desear, falta un museo de sitio y un "guión museográfico" que ex­plique a los profanos la magnitud de la importancia de estos monumentos del valle Chimor.

TRUJILLO RESPONDE
Foto: Arquitectura local trujillana.
Queremos, esta vez, también, hacer mención a la restauración del Barrio El Recreo, que era desde el Trujillo Colonial el lugar de recojo de agua -por los aguateros- para Laredo. El proyecto de restauración ha dividido en criterio a los trujillanos, pero creemos que la gestión del arquitecto Ganoza Plaza es válida y la apoyamos. Para mejorar el proyecto se hace ne­cesario un debate entre los interesa­dos para evitar errores -garrafales- que desde ya pueden advertirse. Algunos de ellos ya han sido modificados en el arco, pero otros aún esperan ser rec­tificados. Esa es la única manera de avanzar.



Foto: Iglesia Trujillana.

Para terminar, Trujillo es una ciudad con enormes posibilidades para un au­téntico desarrollo cultural vigente, cuenta con muchas casonas restaura­das como la Casa Ganoza Chopitea, el Teatro Municipal, los locales del INC., y otros que están a la espera de un proyecto: orgánico, cultural y de promo­ción social. La Bienal de Arte Contem­poráneo es una prueba de ello, los trujillanos han respondido, como siempre.


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Foto: Ventana de casona virreynal trujillana con coronela.


Foto: Arquitectura domestica y local trujillana. Vivienda: ventana con coronela y puerta.

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(Publicado en el Diario “Expreso” 10-03-1986).
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CENTRO HISTÓRICO DE TRUJILLO

BAJO EL PUENTE DEL RÍMAC/ ARMANDO ARTEAGA

Foto: Jr. Trujillo.  Bajo el Puente del Rímac.

Foto: Puente Colonial del Rimac-Lima.


PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

BAJO 
EL PUENTE 
DEL RÍMAC  

Por Armando Arteaga

 
No se trata de arrimarle un problema más a Lima. Se trata, específicamente, de llamar a cada cosa por su nombre —aun­que la nostalgia ya no es como era antes— y de salvar lo que aún queda de patrimonio arquitectónico y cultural en el Rímac, fuera del damero renacentista de Pizarro.
Foto: Rìmac, tugurios blues.

Y si el fantasma de la destrucción avan­za destrozando torpemente el discreto encanto de ciertas edificaciones del ba­rrio bajopontino, creo que es deber ciu­dadano impedir que se consolide el caos. Para acabar, por ejemplo, con la anarquía "constructiva" que empieza a transformar varias plazuelas rimenses como la de San Láza­ro, que tiene un carácter intangible.

 Foto:  Techos antíguos del Rímac.
Foto: Balcón antiguo del Rìmac.
El Rímac, residencia obligada de indios camaroneros, de negros y mulatos de Ma­lambo, vale escenográfica y arquitectó­nicamente tanto como Lima. Pero nada se está haciendo, por el momento, para salvar este importante patrimonio arquitectónico. Falta iniciativa y decisión municipal, vecinal y privada, para evitar que la "nueva" funcionalidad de la mo­dernización termine desfigurando al Rímac y su imagen urbanística. Para muestra, nos remitimos al botón del jirón Trujillo, en donde el comer­cio ferial, y el de las pastelerías y zapate­rías, que han proliferado últimamente le están cambiando su imagen histórica.
Foto: Cerro San Cristobal.
 No sé todavía qué incentivos y compensaciones resultan indispensables para que no se siga burlando con clandestinas y nocturnas demoliciones que están im­poniéndole un mosaico chabacano de le­treros, carteles y cortinas metálicas, que en nombre del progreso encarnan una destrucción que amenaza con seguir en­vileciendo las fachadas de las casas y edificaciones afines, es cierto, muchas en ruinas y tugurizadas del jirón Trujillo, Francisco Pizarro, Cajamarca y otras calles. La Municipalidad del Rímac debería tomar cartas en el asunto.
Foto: Calles aledañas al Jr. Trujillo-Rìmac.

Pero, volviendo al “Rímac Histórico”, no hay que olvidarnos de ambientes urbano -monu­mentales como la Alameda de los Des­calzos, el Paseo de Aguas, la Alameda de Acho y, por qué no, el mismo Cerro San Cristóbal, que son espacios importantes y expresión de la comunidad viviente del Rímac. Edificios como la plaza de Acho, la Quinta Presa, el Convento de los Des­calzos, mantienen aún los secretos de la gramática arquitectónica de ese gran es­plendor constructivo hispanoamericano.
Imagen: Nuevos Proyectos-Adefesios empiezan a proliferar en el Rìmac.

El Rímac puede ser una fiesta edifican­te del mestizaje constructivo que tuvimos: de la quincha, del adobe, del ladrillo, y de la madera, un concierto estático que se cae a pedazos, casas que se tugurizan y que olvidan "el cielo sin cielo" de nuestra ciudad.
Foto: Calle hacia el Paseo de Aguas.


Foto: Paseo de Aguas. 




(Publicado en el Diario Expreso 20-04-1991).

Friday, June 23, 2006

APROXIMACIÓN AL TEMA DE LA ARQUITECTURA ORGÁNICA

LA MODERNIDAD EN LA ARQUITECTURA

* APROXIMACIÓN AL TEMA DE LA ARQUITECTURA ORGÁNICA

Por Armando Arteaga

La modernidad como tema en la arquitectura alcanzó madurez en la tercera década de este siglo. Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Walter Gropius, y Meis Van de Rohe, son -con cierta justicia- llamados “los maestros” del diseño contemporáneo. Aunque desde distintas versiones llegaron a formular una ideología común, la ideología originaria del movimiento moderno, centralmente marcado por el racionalismo. El “organicismo” como doctrina considera a la sociedad y al Estado como organismos supra-individuales, análogos a los seres vivientes, según esta premisa toda realidad tiene carácter orgánico. Se afirma que lo orgánico tiene armonía y consonancia, que viene de lo relativo y perteneciente a un órgano: disposición o actitud que tiene para vivir un cuerpo. Lo que está compuesto en partes, que pueden cumplir funciones: diferentes, distintas y coordinadas, del desarrollo, que resultan de una fuerza única, central, e interna, que actúa teleológicamente.

Proyecto L. Wright.

Sin desviarse de la línea que marca, en oposición al pasado, la moderna concepción arquitectónica, pero tratando de armonizar las rigídeces racionalistas del purismo y del neo-plasticismo, surge en Europa y en Norteamérica, hacia el tercer decenio del siglo XX, la llamada “arquitectura orgánica”. Esta nueva tendencia buscaba escapar del dogmatismo racionalista a través de una "humanización" de las "arquitecturas locales", en correspondencias con el medio ambiente. Los representantes más importantes de este movimiento “orgánico” fueron el norteamericano F.L. Wright y el finlandés Alvar Aalto. El ideal orgánico de Frank Lloyd Wright(1886-1959) es aquella forma plástica en la que la realidad de la materia encuentra en el espacio ambiental una continuación o prolongación espontánea, casi natural. El proceso constructivo se define de este modo como una acción de desarrollo o de crecimiento, donde el concepto clásico de la belleza, como proporción numérica, se ve sustituido ruskinianamente de la “vital beauty”, o del “elan vital” del individuo en armonía con la naturaleza. La casa Kauffmann, conocida también como “Falling-Water-House” o “Casa de la Cascada” constituye probablemente el ejemplo más brillante que nos ha dejado la arquitectura orgánica, por ese encuentro adecuado del elemento constructivo al ambiente circundante que produce el agua. Otros ejemplos de “arquitectura orgánica” lo constituyen los proyectos para el Florida Southern College, de Lakeland, realizado en 1940; el Museo Guggenheim de New York (1945); la casa para su hijo Robert formada por dos elipses superpuestas (1959), y la Sinagoga Beth Sholom de Filadelfia (1959): edificio que adopta la forma de una pirámide hexagonal. Aunque Wright explicaba con el gesto de sus manos el posible lenguaje humano de su propuesta, lo cierto es que la visión wrightiana, era una concepción constructiva académica. Wright, que siempre rehuyera una definición precisa sobre “arquitectura orgánica”, es según Kenneth Frampton, la creación económica de la forma constructiva espacial de acuerdo con los principios latentes de la naturaleza, tal como éstos pueden ser revelados mediante la aplicación de la construcción con hormigón armado.

 Proyecto Le Corbusier.

Esta constante preocupación para la ambientación de las arquitecturas y su consecuente adaptación a las intimas necesidades humanas, al margen del criterio generalizador y masivo del racionalismo “standard”, se puede ver también en la producción de Alvar Aalto (1899- ): adscrito siempre esencialmente a la línea racionalista, siempre he admirado su preocupación orgánica por la nostálgica búsqueda, por el “revival” naturalista. Siguiendo su apasionamiento por lo vernáculo prístino de la tradición nórdica, el nacional romanticismo. Alvar Aalto alcanza su preocupación orgánica en proyectos como la Biblioteca de Viipuri (1934), una edificación nada efectista, con­cebida y elaborada interiormente con transparente clarividencia de su función. Otro proyecto en donde Alvar Aalto dispone de sus mejores momentos “orga­nicistas” es el Instituto Tecnológico de Massachusetts (1949), así como también la original Iglesia de Jmatra (1959). La concepción "orgánica", contó con valiosos exponentes en diversos países. En Suecia: Seven Markeliuas y Gunnard Asplund; en Dinamarca: Arne Jacobsen; en Suiza: Alfred Roth; y en Italia: Bruno Zevi, de mayor acercamiento a no­sotros por su libro “Para saber ver la arquitectura”.

Este movimiento de la arquitec­tura "organicista" que algunos críticos pretendieron presentar en abierta oposición al "racionalismo" -a ultranza y masivo-, sirvió para limar asperezas, modelar mejor su imagen internacional, retornándole el sentido humano a la esencia misma del moderno racionalismo arquitectónico. Resulta reconfortante recordar por ejemplo que en “Planificar para sobrevivir” de Richar J. Neutra, arquitecto de lenguaje típicamente racionalista, se encuentren modulaciones que comprenden la experiencia de Wright y su cultura usoniana (tan cerca a nuestra vida actual) , y al utopismo de las praderas y la arquitectura maya, que tanto admirò. Neutra intuía en ese espíritu en el que predicaba que “las obras de la naturaleza inspiraron al hombre a imitarla, y luego él les infundió un poco de magia”, en el que aparece una conciencia ecológica que viene desde aquella tradición, desde aquel estimulo por que el medio ambiente planeado pueda darnos la pauta para muchas clases de sensaciones que se derivan de observar las corrientes de aire, las perdidas de calor, olores, texturas, elasticidades y de la fuerza de gravedad, el “espacio fisio­lógico" empezaba a ser tomado en cuenta intencionalmente.

El ideal wrightiano de atrapar un lugar habitable fusionadolo con la naturaleza sigue siendo una aspiración en el contaminante mundo actual, la parte de su “ideal orgánico” me ha parecido siempre lo más rescatable de toda su arquitectura que en otros instantes se desproporcionó y terminò decepcionándonos, porque consideramos que el proceso de proyectación va como dice Giedion “hacia la sinceridad en arquitectura”, y si hubo arquitecto sincero en la historia de la arquitectura ese fue Wright.


Pavilhão Mies van der Rohe

La arquitectura moderna ha tenido -entonces- antecedentes no sólo personales -de individuos- sino actitudes de movimientos y tendencias que -al final- parecieran que fueran realizadas por una sola mentalidad, que no lo es. Le Corbusier hablaba de ir “Hacia una arquitectura”, su apasionada polémica condujo quizá a una actitud dimensionada en exceso por lo inmediato y produjo una arquitectura polémica, en la que siempre aparece -también-, la tendencia “utopista”, la actitud de crear los prototipos de la arquitectura del futuro, en la que aparece una arquitectura prospectiva, infalible, capaz de diseñarlo todo.

 *Del libro "La Modernidad en la Arquitectura".

(Publicado en el Diario El Peruano, 16/09/1991).



La Casa de la Cascada (Frank Lloyd Wright)

LA PROPUESTA DE LA UTOPIA EN LA ARQUITECTURA/ ARMANDO ARTEAGA

LA MODERNIDAD EN LA ARQUITECTURA *

LA PROPUESTA DE LA UTOPIA EN LA ARQUITECTURA

Por Armando Arteaga

La idea de progreso y de los conocimientos mate­riales comienzan en Euro­pa durante los siglos XVII y XVIII, desde la formación de la Sociedad Real (1662) para dar vida al sueño de Bacón en su Nueva Atlántida, y mucho más antes en los indicios de la misma "Utopía" de Thomas Moro (1516), en el que aparecen los primeros instantes de la idea del progreso como fuerza arrolladora hacia el futuro. Curiosamente, el recuerdo más ilustre de la "utopía" viene desde los días de la "Nueva At­lántida" y que alguien irónica­mente peruano ha llamado "Nueva Antártida", primer ejemplo de ficción científica es­crita por Bacón: "Se trata de unos navegantes que arriban a una isla imaginaria no lejos del Perú, esa isla está llena de labo­ratorios, donde se producen llu­vias, nevadas, tempestades, ar­co iris, y ecos, y donde se con­servan por medios mecánicos, la música, y se presentan pro­yectadas artificialmente, imágenes de ceremonias y batallas, hay astilleros que fabrican na­ves que viajan por el aire o debajo del agua. Hay manzanas cuyas fragancias son curativas, hay jar­dines botánicos y zoológicos que reúnen, mediante experimentos de cruza, todos los espacios po­sibles". Recordemos que Francis Bacón (1561 -1626), era filó­sofo.

La utopìa de Moro.
Y volviendo a Bacón, vale la pena recordar, cuàn cerca an­dábamos los peruanos a la vi­sión de la "utopía" de los europeos y cuàn lejos estamos ahora (en este “futuro”) de aquella "uto­pía" por cierto hermosa y aris­totélica como son todas las utopías. En todas las épocas de la his­toria han habido intentos de an­ticiparse en el tiempo creando imágenes posibles, más o me­nos fantásticas, más o menos científicas, más o menos toma­das de la realidad, más o menos evasivas de esta misma reali­dad. La utopía, entendida como la construcción de "modelos idea­les", de difícil o imposible reali­zación en el momento en que se "diseñan" estas imagenes, ha sido y sigue siendo una actitud dual y con­tradictoria, muchas veces difí­cil de deslindar.

Luego de la llegada "ideal" del hom­bre a la Luna, la imaginación ha viajado a través de los siglos. Proyectos y concepciones que se contradicen con las condicio­nes existentes del planeta, pero son un alarde del vigoroso desarrollo tecnológico que vivimos. Son válidas las aspiraciones de una arquitectura de la utopía, y sus modelos, en lugar de repre­sentar instrumentos en donde se desborda el acondicionamiento de "energías" de todo tipo: eléctri­ca, solar, atómica, el uso de equipos de transmisión de soni­dos e imágenes: vía satélite, internet, la comunicación celular, el video, etc; el uso de aire acondiciona­do, la fuerza neumática e hi­dráulica, el derroche abusivo de los materiales, donde es posible volver a usar racionalmente la rapidísi­ma evolución de los actuales medios tecnológicos y científi­cos.

Varios han sido los caminos experimentales de una "arqui­tectura de la utopía" recorrida por diversas vanguardias, des­de el manejo de la "aglomera­ción celular" que ha constituido el ensamble de "unidades modu­lares" entre si, tan trabajadas por el grupo japonés de los "metabolistas", hasta la "célula polivalente" de Chanéac, también la "casa diamante" de P. Maymont, los "sistemas proyectados" por W. Doring en materiales de plásti­co, los "sistemas de células enchufables - clip/on" , "los acopla­mientos" de por ejemplo: la "Cápsula - unit- tower" de W. Chalk, y la "Plugin City" del grupo inglés Archigram.

Proyecto Archigram 1.

El concepto de la "megaestructura" abocó irremediablemente en la "utopía", las razones son simples y claras: cuando se plantea "lo megaestructural" co­mo oposición al "establishment", la salida es un "cul de sac". Me explico: la "megaestructura" ne­cesitaba para su realización del gran capital al que pretendía enfrentarse. Por eso, ningún proyecto llegó a realizarse en su original intensidad, y bastaría para clarificar esto, tomar el ejemplo del edificio-megaes­tructura más completo que se ha construido: el llamado "Cen­tro Pompidou", en cuyo mismo nombre se explica el camino que siguió la "megaestructura".


Archigram 2.

Estoy de acuerdo con la pro­puesta de Peter Cook en su "Ar­quitectura: planeamiento y ac­ción" cuando habla del edificio como operación: "El proceso de conformación de un edificio es­tá determinado por una serie de ideas abstractas ubicadas en un extremo, y una serie de restric­ciones puestas en un gran número de condiciones varia­bles (y a menudo incoherentes) ubicadas en el otro extremo. No existen condiciones ideales para cons­truir, ya sea que las dimensionemos en términos geográficos, políticos o de cualquier otro orden. No cabe duda de que, en el número de condiciones y restricciones que se ubican sobre la línea que une requisitos, conceptos e in­tenciones, se ha multiplicado co­mo producto del refinamiento de nuestra sociedad". La única propuesta válida, para salir del "cul de sac" (callejón sin salida) que nos planteaban esos tiempos (dé­cada del 60) de 1966, el de las premisas del "Archigram", y de la obra de Cook, era esa vuelta a la invención de la "megaestructura". Son posibles todavía las "Arcadias", si se ponen, en la orden del día, aquel sentido común "utilitario" de los distintos episodios constructivos por donde nos han hecho transitar las sen­sibles propuestas "utópicas" de las páginas del "Archigram".


Archigram 3.

La revolución científico-técnica plantea a la humanidad el problema de las relaciones del hombre con la naturaleza. Na­die exagera cuando se habla de las altas proporciones de contamina­ción, de las escasas provisiones de agua, de gas, etc, en la "me­gaestructura - nave espacial- Tierra".

La utopía debe venir con el propio progreso científico - téc­nico, tal como se originó la sen­sación intuitiva de que de algún modo, la belleza y la máquina, se reconocen entre sí. Lógicamente, la utopía siempre vivirá consciente en el gran diseño de un edificio, ese artefacto fasci­nante.

*Del libro "La Modernidad en la Arquitectura".

(Publicado en el Diario El Peruano, 23/09/1991)

CONCLUSIONES SOBRE LA MODERNIDAD ARQUITECTONICA/ ARMANDO ARTEAGA

LA MODERNIDAD EN LA ARQUITECTURA*

SOBRE LA MODERNIDAD ARQUITECTÓNICA

Por Armando Arteaga


Estaciòn Desamparados

Es probable que la noción de progresismo este en crisis. Hemos heredado esa evolución contradictoria, pero, si volvemos a mirar hacia atrás, en los planteamientos del primer modernismo, ausente de la visión y perspectiva actual, cuando se decía que proyectar una casa era como proyectar un avión o un automóvil, ya se vislumbraba el pa­norama arquitectónico que actualmente vivimos. Oriol Bohigas ha dicho que los análisis habituales de los panoramas arquitectónicos suelen enseñarnos dos posiciones: la adecuada a la exi­gencia del consumo, a las costumbres acríticas del mercado inmobilia­rio y la que de alguna manera intenta la superación por el camino de una cierta actitud de investigación, y de vanguardia crítica. Diremos, también, que las dos están condicionadas por la realidad de un país o región. La una se mueve en la confirmación de un inmovilismo social y cultural, aunque solo sea en el reducido campo de la sugerencia, de la admiración real para encontrar cierta objetividad al proceso histórico.





Estaciòn Desamparados: Proyecto Arq. Ràfael Marquina (1).


 Interior: Desamparados.

Uno de los períodos más destacables en este transe de Wright y los tiempos de la utopía en la arquitectura., es el que corresponde al caso peruano de "La Casa Buque", y recuerdo que las obras de Le Corbusier o Wright, y la de los utopistas, fueron llamadas cada una en sus respectivos instantes: “buques”, antes que el nombre tenga una connotación internacionalista para nosotros, y correspondía a cierta visión conservadora. La “casa buque” tenía en verdad una serie de elementos y signos reconocibles: ojos de buey, bruñas horizontales, muros curvados, barandas de fierro. Era la afirmación de una contemporaneidad, que contenía una actitud contra el pasado y una concesión al futuro, un cambio de acti­tud. Los diseños de los arquitectos Dammert, Marquina (1) y Guzmán, fueron antecedentes de cierta “utopía” por la tecnología, una divulgación de lo moderno que precedió a la Agrupación Espacio, planeamiento y acción de nuestra modernidad arquitectónica. Teniendo en cuenta todas las limitaciones locales del caso.

3D -Desamparados.
*

Estación Desamparados.
*
*Del libro "La Modernidad en la Arquitectura".

(Publicado en el Diario El Peruano, 01/10/1991)

Thursday, June 22, 2006

SOBRE LA NOCIÒN DE TIPOLOGIA EN ARQUITECTURA/ ARMANDO ARTEAGA

Su
Temas de Arquitectura

SOBRE LA NOCIÓN DE TIPOLOGIA EN ARQUITECTURA *

Por Armando Arteaga

Muchas de las ideas aquí expuestas son algo contradictorias y tal vez falta sistematizarlas para organizarlas en un texto más elaborado. Sin embargo, la intención que me ha llevado a recoger el título “Sobre la noción de tipología en arquitectura” es aproximarme al concepto mismo de “tipo” y su uso en arquitectura. En la literatura sobre el tema que hemos tenido a la mano y suponiendo en cuenta que aceptamos la arquitectura y el urbanismo como una objetivación en donde se concreta la evolución de la sociedad, hemos encontrado la definición que el profesor Vittorio Gregotti -en su “Territorio de la Arquitectura”- hace sobre el concepto genérico de tipo:

1.-Como modelo de donde extraer copias y esquemas de comportamiento (en cuanto resume los rasgos característicos de un grupo de fenómenos).

2.-Como conjunto de rasgos característicos cuya inserción en un fenómeno determinado nos permite su clasificación.

Tipologia de arquitectura griega històrica.

Muchas disciplinas, desde la matemática a la sociología, usan ampliamente el concepto tipo. En arquitectura la noción más usada se realiza como casi “forma de un fenómeno cuyas características son más cercanas a la institución (si no a la invención) del organismo”. Hay otra noción de tipo más próxima a la idea de clasificación de relaciones instituidas, y mucho más lejana de la idea de forma. De la complejidad con que puede abordarse el concepto de tipo de arquitectura nos interesa seguir los criterios iniciales con los que el profesor Gregotti ha definido siguiendo la noción sociológica de “tipo”. Dos son las canteras en donde ha recogido sus nociones:

1.- En torno a las diversas tesis de Durkheim de su método sociológico, que trata del tipo en cuanto “media”, terminó que viene de la estadística.

2.- De Max Weber, de su método de la ciencia histórico-social que propone la tesis del tipo ideal como referencia conceptual.

Arquitectura de El Molar español.

Este debate sobre la teoría de los tipos ha ayudado a esclarecer una alternativa en el empleo del concepto "tipo". La tipología, disciplina que se ocupa de la discusión, clasificación y fundamentación de los tipos, se constituye en el conjunto de sus resultados y métodos como una materia importante para la arquitectura. Otra de las inquietudes que son más comunes en torno a la noción tipológica usada en arquitectura tiene que ver con la semántica del “tipo”. El “tipo” de la construcción es aquí un esquema que precede a la formulación arquitectónica, y en esto muchos confunden tipo con estilo. Existe una simbología que va definiendo lo topológico en arquitectura.
Tipologia de arquitectura rural peruana.

Para terminar creemos que existe para el estudio de la tipología en arquitectura una diversidad de variables que requieren un uso sistemático de los diversos conceptos para lo que proponemos un debate así como el estudio de todo el fenómeno determinado. Por todo ello, nos resulta alentador, como en el libro “El territorio de la arquitectura” de Gregotti se ha recogido todo un estudio sobre “Tipo, uso y significado”.

Tipologia de vivienda: Proyecto.

La arquitectura como objeto histórico ha ido condicionando toda una variedad de tipos arquitectónicos, interpretarlos, usarlos y darles un significado es una tarea que debe comprendernos a todos.

*Del libro "La Modernidad en la Arquitectura".

(Publicado en “Arquitectura Progresiva”, Marzo 1988) 

CRÍTICA A LA "CRÍTICA ARQUITECTÓNICA" / ARMANDO ARTEAGA

  De mi libro "La modernidad en la arquitectura", va un capitulo acerca de "Crítica a la "crítica arquitectónica"....