EL TERREMOTO DE ICA* INTERVENCIÓN DE EMERGENCIA DESPUÉS DE LA CATASTROFE: MEDIDAS PREVENTIVAS PARA AFRONTAR LOS DESASTRES DEL TERREMOTO DE ICA (15 DE AGOSTO/2007- 6.41 P.M.)
Por Armando Arteaga
Por Armando Arteaga
Para tener éxito en cualquier “intervención de emergencia” después del terremoto de Ica, se hace necesario tener en consideración la situación actual del área afectada en los aspectos de lo social, lo físico y lo productivo. Para poder aplicar cualquier estrategia de rescate y de superación de la situación actual de la tragedia ocurrida, para tener resultados favorables, para no despilfarrar y gastar bien los pocos recursos que tenemos a mano actualmente. La “intervención de emergencia” debe comprender estos “aspectos fundamentales” que pueden resultar elementales, pero que son soportales seguros: necesarios y suficientes, para ser tomados en cuenta, para una estrategia de “intervención de emergencia”, por supuesto, teniendo en cuenta las propuestas del “diagnostico” obtenido del resultado del “inventario” de los daños levantados en la zona delimitada de la catástrofe: Lima (Lima, Cañete, y Yauyos), Ica (Chincha, Pisco, e Ica), Huancavelica (Huancavelica, Huaytará y Castrovirreyna). -En lo social: Responder a intervenir con eficacia sobre los daños sufridos por la población en apoyo inmediato en salud, alimentación, cubierta temporal y apuntalamiento psicológico, para superar el estado actual y emotivo de las familias, que será vulnerable por un t = 3 meses (en una primera etapa), si no fuera suficiente por las condiciones especiales de pobreza crítica de la zona del terremoto, se debe apuntalar por otro t = 3 meses más (en una segunda etapa final).
Desarrollar la autoestima de la población teniendo como base la organización vecinal y democrática de las bases sociales por manzana urbana. Poner el máximo el esfuerzo por parte del Estado en los programas sociales de ayuda y apoyo a la población: A trabajar urbano y rural, Juntos, Comedores populares, Rondas de seguridad ciudadana, Asociaciones de damnificados, etc. La empresa privada debe elevar al máximo cuantitativamente su histograma la inversión local en cada una de estas provincias para que el desarrollo no sea desigual, para crear equitativamente puestos de trabajo e incluso desarrollar sistemas de “salarios temporales” para ocupar a la población laboral desempleada y damnificada en “obras” de recuperación inmediata. La reconstrucción de la zona debe costar más de 300 millones de dólares. Son más de 30,000 viviendas destruidas y afectadas (cifra que a mi entender debe crecer cuando se terminen las evaluaciones). -En lo físico: Responder a dar soluciones sobre los daños sufridos por las ciudades afectadas y sus respectivos centros poblados. Hay que recuperar las viviendas y los servicios de infraestructura (redes de los servicios básicos: agua y desagüe, reconstituir las redes de energía y servicios de comunicaciones, y restituir las redes viales), reparar los colegios y locales institucionales: hospitales, edificaciones publicas y privadas, para volver a desarrollar las actividades educativas y culturales.
Son cerca de 100 millones de dólares para este rubro que se necesitarían. El tema de la normatividad y el uso de los materiales de construcción: ¿ladrillo o adobe?, no solo: es un debate técnico, sino que es parte de la realidad de nuestro “proceso constructivo” impregnado en la historia del nuestro contexto social y cultural, lo que determinará siempre los más genuinos resultados de estos detalles constructivos. Ningún material es solo noble o es innoble, de por sí, depende de los diseños y de los costos. Será la parte más difícil, a tener en cuenta, a la hora de tomar decisiones en las nuevas edificaciones. Depende también del factor económico, geográfico. geológico y cultural. Recomponer el sistema de defensa civil con participación de la ciudadanía afectada, insistir en la eficacia del Gobierno Central, los Gobiernos Regionales y Locales, pero –sobre todo- tener confianza en la organización de los damnificados. Mayor participación del apoyo logístico y técnico de las Universidades: UNI (CISMID), UNA, UNMSM, y otras, ONGs con especialiades en los temas afines al terremoto y al proceso de la reconstrucción. -En lo productivo: Responder a “reactivar” inmediatamente la vida productiva de la zona para evitar que se deprima económicamente, y tengamos otros sucesos sociales indeseables que lamentar. Invertir en los sectores de agro-industria, pesquería, turismo. La economía de la zona representa el 5% de PBI. Nacional, su impacto repercutirá inestablemente en los sectores medios y más bajos. Hay que llevar inversión hacia la zona de la catástrofe, en un t = 5 años. No estamos en un momento de existencia de falta de recursos, hay que fortalecer el espacio económico de la zona y ser generosos con los damnificados. La escasa previsión, la falta de organización y gestión, es parte de nuestras debilidades, de no tener un ejecutivo gerente para la dirección de la reconstrucción podría ser fatal, podemos lamentarnos después. No olvidemos la pésima gestión del CRYRZA en el terremoto del 70 en Huaraz. Tampoco olvidemos la ineptitud actual del sistema de defensa civil y del INDECI.
Cualquier sociedad o comunidad que se respete tiene que desarrollar automáticamente, pero en democracia, un PLAN DE INTERVENCIÓN EN EMERGENCIA. El estado solo no va a poder superar tremenda catástrofe, por lo que se hace necesario la participación de la sociedad organizada, así como la intención de la empresa privada y la ayuda internacional, tanto en lo referente al criterio técnico como al criterio económico respectivamente, dos parámetros: la técnica y la economía, que deben ir de la mano para volver a tener desarrollo sostenible en la zona: Lima, Ica, Huancavelica. Si no actuamos con prontitud, no vamos a poder evitar el éxodo masivo de las poblaciones pauperizadas por la catástrofe a las zonas periféricas de Lima en busca de trabajo, lo que sería lamentable, Ica estaba desarrollando nuevas alternativas con la agro-exportación hacia un espacio económico aceptable, que incluso recibían en sus bolsones barriales los excedentes emigrantes de Ayacucho y Huancavelica que venían a la costa en busca de trabajo. Todavía no tenemos un “inventario” completo del acontecimiento telúrico. Falta averiguar con exactitud los daños provocados por el trajinar de la placa de Nazca. Necesitamos tener cifras exactas de: -Área total afectada de kilómetros cuadrados. -# de personas a las que el terremoto provocó la muerte, #de heridos, # de damnificados, # de viviendas dañadas, # de servicios colapsados, etc. (El INEI. Debe darnos este dato lo más pronto posible, para cuantificar, y proyectar sobre este “diagnostico”, el posible “prognostico”, para tener una idea más especifica de las propuestas y proyectos que deben realizarse, para volverla a dar vida a esta zona en emergencia. El movimiento de la tierra en la zona afectada por el terremoto a sido muy severo (El Instituto Geofísico del Perú debe darnos también el Informe Final, se habla de la magnitud el 7.5 en la escala de Richter, el registro de la secuela energética, el nivel de los movimientos sísmicos y la sismicidad de la placa de Nazca, para que los ingeniero y técnicos tenga en cuenta estos factores al momento de diseñar nuevas edificaciones, ...etc).
Se necesita hacer una minuciosa evaluación de las edificaciones y las viviendas. Una minuciosa revisión de las construcciones de las edificaciones existentes en Lima, Ica, Huancavelica, para reconocer su grado de deterioro, . Hacer esta prospección especializada en la ciudad de Lima (no hay que ser irresponsables de pasar por alto esta iniciativa, y allí vamos a encontrar el verdadero “diagnostico” de la situación actual, del deplorable estado de construcción de nuestros edificios), La evaluación de las estructuras de concreto deben estimarse en la falta de diseños estructurales para la soportabilidad de los movimientos sísmicos, en Lima, e Ica, las paredes de ladrillos a menudo carecen de columnas de concreto reforzado en las esquinas, y las paredes son muy largas, carecen igualmente de columnas medianeras de concreto armando. Las construcciones en adobes son las que más daños -excesivos y exclusivos- han sufrido. Las casas de adobes no han tenido el collarín superior que hubiese evitado y ayudado a soportar el impacto sísmico, para mitigar este desastre. Los techos, algunos muy pesados, y la mampostería sin refuerzos de concreto en muchos casos se desplomaron. Numerosos parapetos, para el caso de balcones pesados y ventanas, se fueron al suelo. Estas indicaciones hay que tener muy en cuenta para parte de Lima (Centro Histórico, Rímac, Conos, etc...), pero muy en especial para todo Ica y Huancavelica.
Las viviendas actuales construidas se encuentran en serios peligros. Hay que facilitar rápidamente el recojo de escombros, para evitar nuevos accidentes. Este recojo es manual y con maquinaria, pero debe acelerarse para evitar epidemias y otros incidentes que pueden volver a ocurrir. Muchas viviendas se están desplomando espontáneamente. Ica, Pisco, Chincha, han perdido valiosas construcciones de su patrimonio cultural y arquitectónico. En Pisco antiguo se han desmoronado la “Casa del Libertador San Martín”, la “Casa de Valdelomar”, "La Casa de Raùl Porras Barrenechea", etc., y un sin numero de Iglesias y viviendas, de una resaltante arquitectura domestica y local costeña, de gran importancia e interés constructivo. Urge dar una respuesta inmediata. Debe empezarse la reconstrucción de los grandes centros urbanos y de los centros poblados: distritos, barrios, caseríos, etc.. Los Municipios deben tomar indistintamente la iniciativa nombrando “Juntas Vecinales” por cuadras, con los respectivos catastros realizados por Cofopri o el Ministerio de Vivienda, o levantados espontáneamente “a mano alzada” por universitarios. Todos los peruanos debemos participar en el proceso de reconstrucción, todas las autoridades también, así como la población organizada: en consenso, deben nombrar sus representantes vecinales, para dar una respuesta coherente, una vez que vaya pasando la penuria del miedo y la falta de las necesidades mínimas. Nos levantaremos de los escombros, somos una zona sísmica, a eso estamos acostumbrados, pero hay que tener conciencia de que la demanda de vivienda esta para los 300,000m pobladores, o unas 70,000 familias, que es más o menos: el número de damnificados que nos ha dejado este terremoto de ICA. Reconstruyamos, ICA, de las tres letras: el sol, la uva, la ira, la fuerza loca de la naturaleza. Apoyemos a Huancavelica. Y no hay que olvidarse también del sur de Lima.
*Informe del ITECA, Instituto de la Tecnología y la Cultura Andina-Amazonía a los Gobiernos Locales de la Zona Afectada por el Terremoto de Ica.