Londres para amantes del cemento
Cinco edificios donde el 'brutalismo' arquitectónico continúa vivo
Laura Rodríguez
Uno se pregunta a veces, paseando por Londres, quién habrá tenido la
idea de empotrar un bloque de 30 pisos en un paseo de casitas
victorianas o de construir una glorieta de galerías subterráneas en
medio de una de las zonas más transitadas de la ciudad. Pero, al fin y
al cabo, el término 'brutalismo', ese estilo que idolatraba el hormigón, fue acuñado aquí.
El 'brutalismo' continúa vivo en nuestros días. Y algunos de estos
edificios esconden interiores propios de películas futuristas,
excelentes salas de conciertos u ofrecen vistas estupendas de la vida
caótica de un Londres que sigue siendo una mezcla de gustos
inclasificables. Aquí os dejamos una lista de los más interesantes:
1
Barbican Centre
Casi un parque temático del 'brutalismo'. Este gran espacio cultural
se ubica en el sótano de un complejo de torres de hormigón y para
encontrar la entrada hay que pasar por pasadizos y cruzar un túnel para
coches mal iluminado con tubos fluorescentes. Aún así, el Barbican Centre ((0044) 20 7638 8891, Silk Street) es uno de esos sitios que no hay que perderse en Londres.
Con una de las mejores salas de conciertos, teatro, cine y
exposiciones, en su patio interior uno puede relajarse en una especie de
oasis con cascada y admirar la decoración retro futurista de formas
redondeadas y naranjas que parecen sacadas de una película de ciencia
ficción. Los baños, en especial los del subsuelo, aportan una
experiencia a la altura de la utopía tecnológica de la época.
2
Centre Point
Centre Point
((0044) 20 3102 5702, 103 New Oxford St) quizá sea una de las torres más
reconocibles por su posición estratégica en el extremo norte de la
calle comercial Oxford Street. Su aspecto de oficina no incentiva a
descubrir lo que ocurre dentro; sin embargo, en su última planta alberga
un bar con vistas panorámicas de 360 grados que no tienen nada que
envidiar al mirador de la noria de Londres. Además, aunque las
consumiciones no son baratas, resultan más económicas que la atracción
turística.
3
Southbank Centre
Otro megaespacio cultural que se ha descrito como un gran párking de
coches o un reactor nuclear. Situado en un enclave único (en la orilla
del Támesis), el Southbank Centre
((0044) 844 875 0073, Belvedere Rd) es un complejo que alberga tres
salas de conciertos, tres teatros, dos galerías de arte, la filmoteca,
un mercadillo de libros, y multitud de bares y restaurantes. Además, ha
sido el lugar favorito de generaciones de grafiteros que han
transformado uno de su túneles en una pista de skate y bicicletas.
Aunque lo mejor es pasear sin rumbo fijo y aprovechar los espectáculos
gratuitos que se ofrecen en muchos de sus edificios. No perderse la
exposición actual en la Hayward Gallery, 'Light Show', sobre creadores y
la luz
4
Trellick Tower
Solo apta para brutalistas irredimibles que sepan apreciar
el encanto (inigualable) del bloque de cemento obra de Erno Goldfinger y
las múltiples posibilidades de vandalismo de sus largos corredores.
Considerada una de las piezas cumbres de este estilo, la Trellick Tower (5 Golborne Road)
se ha transformado en un icono de la cultura popular con apariciones en
películas, videos musicales y hasta souvenires locales. Aunque sus días
de gueto peligroso quedaron atrás. Transformada a través de un nuevo
sistema de seguridad, hoy en día sus dúplex se cotizan a precios
estimables y forman parte de esa lista de edificios protegidos en
Londres que parece no tener fin. Sus puertas solo se abren en ocasiones
especiales pero, para los cultivados en el hormigón crudo, este es un
lugar de peregrinaje obligado.
5
El Shard
Quizá este moderno rascacielos de Renzo Piano no pertenezca a la
escuela del hormigón, pero gracias a su desconsideración absoluta con el
entorno y su aspecto de 'Ministerio de la Verdad' de la novela '1984' de George Orwell, el Shard
(32 London Bridge Street) se ha ganado un lugar en esta lista. Rodeado
del variopinto barrio de London Bridge, esta pirámide puntiaguda de
cristal se ha convertido en sus pocos meses de vida en uno de los
edificios más odiados y al mismo tiempo criticados por el poco beneficio
que reportará a la mayoría de los londinenses. Aún así, ahora a partir
de febrero se puede visitar, convirtiéndose en el mirador más alto de
Londres con una panorámica inmejorable, eso sí, por no menos de 25
libras (30 euros, 21 para los niños). En cualquier caso, prepárate para
divisarlo en la mayoría de tus recorridos, como un dedo omnipresente que
te vigilará por toda la ciudad.
Ver:
El País. El Viajero.