LA VENTANA ES LO DE ABAJO Por Héctor Velarde
-¿La ventana es lo de abajo?. Así me preguntó un turista mirando una ventana arequipeña. -Sí, le dije, es lo de abajo y lo de arriba, sobre todo lo de arriba, porque lo de arriba es más luminoso. No hay que olvidar que las ventanas deben ser luminosas para adentro y para afuera. Es como el ojo que da luz al cerebro y a la cara… El turista no quedó convencido. -Fíjese Ud. La pared es muy alta; lo de abajo es la ventana en hueco, para adentro, y lo de arriba es la ventana en relieve, para afuera. -Yo veo unos adornos muy raros arriba. -Voy a explicarle. Lo de arriba no es decoración suelta, por puro gusto, no, es como el ojo con sus pestañas y ceja. Toda la ventana, que comprende la de abajo y la de arriba, es la expresión arquitectónica, directa y pura, de su construcción y función luminosa, tanto por dentro como por fuera… Es un órgano vivo. Un ojo. -Oiga. La ventana de abajo está abierta en el muro que soporta interiormente una bóveda cilíndrica de piedra aparejada. La bóveda, como todas las bóvedas de este género, tiende a abrirse, a empujar el muro, a voltearlo hacia la calle. En esos muros las ventanas de adentro tienen que ser siempre de abajo, chicas, ubicarse en la parte inferior del empuje para evitar todo peligro. -¿Y por qué bóveda de piedra?. -Porque la piedra en Arequipa es abundante, leve, de fácil talla y resistente y porque la bóvedas la manera natural de techar con esa piedra. La madera hubiera resultado carísima. En Arequipa no hay sino arbolitos…La piedra, el clima y los temblores dictan lógica y pausadamente la construcción de bóvedas fuertes, espesas y anchas como túneles- La adaptación al medio ambiente admirable. Todo aquí se ha pensado con respecto a la bóveda principiando por el muro grueso y alto para contrarrestar con su peso el empuje sobre la ventana de abajo…El muro sube y su pesado parapeto forma canal interior de lluvia a todo lo largo del arranque superior de la bóveda permitiendo así la evacuación del agua a la calle por medio de gárgolas con cabeza de puma…El sistema es románico.
El turista no me creía. -Pero el hueco de abajo es muy chico y hondo. -Naturalmente. Es chico porque la luz de Arequipa es una de las más intensas del mundo y es hondo porque en Arequipa hay temblores y fríos que no admiten delgadeces. -¿Y esa serie de cosas extrañas que se amontonan sobre el hueco?. -Ah, eso es lo mejor, ahí está todo lo que faltaba, la ventana de arriba, la que abre para afuera… Es la expresión plástica e integral del ritmo constructivo. Los tres dinteles que suben alargándose en progresión creciente marcan estética, matemática y efectivamente las pausas, etapas y nivelaciones de la construcción del muro y de la bóveda sobre la ventana de abajo. Preste Ud. toda su atención: 1.- Dintel que cierra y cubre la ventana de abajo. 2.-Dintel más alto y ancho que indica con precisión el lugar de arranque interior de la bóveda. 3.-Dintel aún más alto y ancho, triunfal, luminoso, con profundos y nutridos relieves. Ese dintel indica exactamente el lugar del riñón de la bóveda; el sitio de mayor empuje y peligro, ¿Y cómo lo indica?. Victoriosamente. Anunciando la derrota del enemigo, el sometimiento de la bóveda a un equilibrio eterno y desplegando en relieves lujosos su felicidad y confianza. Esa es la ventana de arriba; un verdadero estandarte de afirmación en la piedra levantada y quieta. La ventana que da luz para afuera revelando lo de adentro… El turista se resistía. -Yo no entiendo esos relieves. -Son las flores de lana y los dulces de nieve de un matrimonio maravilloso entre españoles que vinieron e indias que estaban… El turista hasta ahora no comprende.
(Del libro “Vuelo entre cornisas”; Lima, Editorial Ausonia, 1960)