Sunday, January 07, 2018

JUAN ACHA Y EL ARTE LATINOAMERICANO

Diario El Tiempo, Piura. Suplemento La Semana. Domingo 07 de Enero del 2018.

JUAN ACHA Y EL ARTE LATINOAMERICANO

Por Armando Arteaga


Juan Acha era aún en los comienzos de los años setenta un crítico imprescindible que había que leer con especial atención. Sus críticas de arte desde las páginas de El Comercio y sus asesorías o curadurías en las galerías limeñas de arte despertaban un enorme interés, lo mismo que, esa nueva actitud critica, fomentaba un impacto cultural entre los artistas plásticos de la época. 


Es cierto, desde una impecable “torre de marfil” que se orientaba a manifestar cierto modelo de cambio en la crítica, para una respectiva elite “intelectual”, desde una distancia vanguardista e iconoclasta. Se le recuerda a Juan Acha, casi siempre, por sus contundentes razones estéticas en una extensa polémica en Lima sobre la obra pictórica de Sérvulo Gutiérrez, con el escritor Juan Ríos (también de ancestros piuranos). 

Tuve la suerte de escuchar muchas de sus conferencias y seguir algunas de sus actividades que motivaban “el arte en debate”, tratar de entender sus teorías acerca de la historiografía del arte, interés cultural que agitaba el mundo universitario; hasta que el año de 1971, se fue a vivir definitivamente a México, donde además brilló por su inteligencia y su vasto conocimiento en arte, diseño, arquitectura, e historia y sociología del arte. 

Fue, sin lugar a dudas, un crítico de arte apasionado, de gran rigor en sus conocimientos, de expositivo discurso académico, en contraposición con los métodos tradicionales, con una apertura hacia la “modernidad” y el desarrollo de la “tecnología” aplicada tanto en la enseñanza como en la “fabrica” de la composición misma del objeto artístico, y la búsqueda de un publico de mayor conocimiento de lo visual, y hacia una democratización del consumo de las obras de arte. 

Juan Wilfredo Acha Valdivieso, tal vez fue, el mas destacado intelectual y el critico de arte que se ha ocupado de estos menesteres de la “teoría del arte” y su “productividad” en América Latina, que solo tenia un equivalente con Marta Traba (con quien frecuentemente polemizaba) y Mirko Lauer (en los estudios especializados de artesanía y pintura), o para graficar nuestra comparación en la literatura con Emir Rodríguez Monegal o un critico como Ángel Rama. En el año 71, en realidad se vio forzado a irse a vivir a México, por motivos políticos y de convivencia humana que por ahora no vale la pena recordar. 

Juan Acha nació en Sullana (Piura), en 1916, y falleció en México, en 1995. Estudió Ingeniería Química en Alemania. De su recorrido por Piura cuentan que estudió en el Colegio Salesiano y en el Colegio Nacional San Miguel de Piura. En al año 33, tenía como profesor al ciudadano alemán Her Eberhard quien convenció a un grupo de estudiantes para que viajaran a estudiar sus respectivas carretas profesionales a Alemania. 

Viajaron con él, entre otros estudiantes, a Múnich, acompañando la delegación estudiantil, el joven poeta vanguardista Joaquín Ramos, de quien hace una interesante semblanza de su vida aniquilada por el trago amargo del alcohol, Mario Vargas Llosa, porque también lo conoció, en su respectivo libro de memorias “El pez en el agua”. 

Acha ha publicado libros tan destacados para la teoría y la historiografía del arte latinoamericano, tales como: “Introducción a la teoría de los diseños” (1988); “Hacia una teoría americana del arte” (1991); “Introducción a la creatividad artística” (1992); “Expresión y apreciación artística” (1993); y “Las culturas estéticas de América Latina” (1993). Uno puede explicarse, con la lectura y reflexión de estos textos: la conjunción y la disyunción con la experiencia consagrada del reposado prestigio de algunos pintores vanguardistas latinoamericanos como el chileno Roberto Matta, el cubano Wilfredo Lam, y el esplendor de la figura retratista en el colombiano Fernando Botero, cuestionando el aspecto mercantil en el arte y una falta de ruptura con las tendencias europeas. 

La misma acción “trunca” de los mexicanos David Siqueiros, Diego Rivera, Frida Khalo y Rufino Tamayo, con quienes friccionaba por el “fracaso” del muralismo para abrirle las puertas al constructivismo, a la influencia prospera del puntillismo abstracto de J. Pollock desde New York, o al auge del pop art en la generación del 50 en la pintura peruana, hasta el atractivo geometrismo de las escuelas y facultades de arquitectura y artes visuales mexicanas que apuntaban a valorar a un Vicente Rojo versus un José Luis Cuevas, en México mismo, por ejemplo. 

Creo que habría que investigar, un poco, porque me atrevo a predecir que sí hubo una relación más o menos puntual con algunos pintores de la pintura piurana; creo que habría que hurgar en las obras de algunos pintores piuranos cuyas trabajos y proyectos pudieron zafarse del “tradicionalismo” para entrar en el enfoque de lo semiótico, y los aportes del estructuralismo, el sociologismo, la abstracción de las categorías estéticas, con otras interrogantes contra una practica anacrónica de los conceptos esenciales de una “modernidad” para el arte, el apuntalamiento de las artes tecnológicas industriales, de lo popular, y el fenómeno científico aplicado a la norma artística.


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Friday, May 27, 2016

Xul Solar, en la utopía latinoamericana

Xul Solar, en la utopía latinoamericana 

 

America era, para los europeos, la tierra prometida; Colón posiblemente lo creyó a pies de juntillas y otros, después, tratarían de ubicar el edén en algún lugar de la vasta inmensidad recién descubierta…

El nuevo mundo no fue fecundo en nuevas propuestas utópicas (después de las misiones jesuíticas en la Argentina, Colonia Cecilia y los dos falansterios fouriristas de San Francisco (Saí y Palmital), en Brasil, y otros experimentos hijos del socialismo utópico en Paraguay y Perú); concordantemente, las vanguardias latinoamericanas del veinte y treinta –surrealistas incluidos- tampoco demostraron atracción por el componente utópico.

Pero habrá de ser en el campo de las artes plásticas donde surjan visiones y mundos utópicos realmente originales y distanciados de la mirada europea. Xul Solar, en Argentina, desde finales de la década del diez hasta su muerte, en 1963, desarrolló y perfeccionó una concepción utópica que debe leerse tanto en sus obras pictóricas como en sus escritos… en sus obras pueden visualizarse trazos cubistas, vibraciones futuristas, articulaciones dadaístas, y hasta coloraturas kleenescas con mayor intensidad que resabios surrealistas.

El desarrollo teórico de la cuestión de las imperfecciones del cuerpo humano y de la necesidad de crearle partes -natural o artificialmente- corre por cuenta de Xul en dos escritos fundamentales, pero ambos textos son predichos y sucedidos por un abundante iconografía que ilustra lo que el artista visualiza.

En 1915 Xul pinta una serie de obras que tienen como temática central a los ángeles, posiblemente en una etapa de su derrotero místico. Todas tienen características comunes: caras poco angelicales o tenebrosas, aureolas que se convierten en cascos transparentes, patas adicionales. Anjos es la más llamativa porque las figuras presentan rostros resueltamente demoniacos y las más pequeñas sostienen una suerte de patas de rana sobre el abdomen de sus compañeras, produciendo el efecto de dos pares de piernas, unas terrestres y otras anfibias. Las manos de las mayores se han convertido en lámparas que despiden una llamada iluminadora del camino.
En Manifeste, de 1927, las figuras humanas sirven de mástiles vivientes para las enseñanzas de varias naciones -entre ellas, las de Argentina y Brasil- y los Dos mestizos de avión y gente, de 1935, dan alas al imperfecto y desadaptado cuerpo humano.


Dos Anjos - 1915 + Mestizos de Avión y Gente - 1936
Xul tenía fe en el desarrollo natural de la especie porque, en el primero de los escritos mencionados, Esbozo de un proyecto de cambios en el ser humano, preanuncia que, siguiendo una línea evolutiva como la nuestra, el cerebro crecerá tanto que se van a necesitar apéndices para sostenerlo en la parte alta del cuerpo; la boca tendrá una lengua larga y cuerdas vocales dobles para hablar y cantar; y el sexo combinará la heterosexualidad, para la reproducción (porque la autofecundación, por sus degenerantes resultados, resulta contra indicada), y el bisexo monoico, que podría ser muy útil para ampliar la experiencia y la madurez psíquica.
Sin embargo, Xul parece no quedar satisfecho dejando en manos exclusivas de la naturaleza el perfeccionamiento de su propia obra; en el segundo escrito, Algo semitécnico sobre mejores anatómicas y entes nuevos, sugiere posibles agregados y modificaciones con carácter de implantes y cirugías, con cola rígida para pararse más cómodo o enormes pechos para trabajar de nodriza. Es decir que -con un sesgo de tintes paródicos que lo hacen aún más moderno que a sus colegas- no solo se preocupa por lo necesario sino por lo conveniente.

A esa idea de que la evolución -natural o artificial- no debe satisfacer solamente a lo estrictamente necesario parece responder la obra Ña diáfana (1923) donde se proyecta una mujer completamente transparente, en cuyo cuerpo, y a simple vista, puedan admirarse los órganos internos. Práctico para la detección de anomalías y el sueño de los hipocondríacos.
Ña Diáfana - 1923

Es interesante prestar atención a los títulos que Xul pone a dos de sus obras de 1946: Casi plantas y Rocas ya vivas. Está claro que el artista visualiza un proceso pacífico de conversión de hombres en rocas, ya concluido, y de hombres en plantas, todavía en camino.

Casi Plantas - 1946 + Rocas Lagui - 1933

La ciudad ha sido considerada la arena de la detonación modernista; espacio (la ciudad), objeto (la maquina) y deseo (la utopía) han funcionado como la tríada caracterizante de la vanguardia y la ciudad ha sido calificada como el escenario donde se desarrolla el espectáculo cuya audiencia es el mundo entero.

A contrapelo de las predicciones, Xul imagina sus mundos con una población muy escasa. Dos razones pueden haber motivado esta idea: que la raza humana fuese ya una rareza, por cruzamientos con otros reinos (País rojo teti, 1949) o que lo que reflejan sus obras sea la parte de la humanidad que, por elevación espiritual, habite en otros cuerpos del espacio.
País Rojo Teti - 1949
Para conocer más sobre la obra de Xul Solar, visita la página del museo: http://www.xulsolar.org.ar/xulobras.html
- Texto recopilado y adaptado de: La Utopía Latinoamericana: Xul Solar, Matta y Lam de May Lorenzo Alacala. Fundación PAN KLUB - Museo Xul Solar

Monday, May 09, 2016

Casa Narigua, sobre las montañas del norte de México

Casa Narigua, sobre las montañas del norte de México | p+0 arquitectura

Casa Narigua, sobre las montañas del norte de México  p+0 arquitectura 1
La oficina  mexicana p+0 arquitectura ha completado recientemente la Casa Narigua en las montañas de México septentrional. Con el fin de evitar la eliminación de árboles de la zona de vegetación en gran medida, el concepto de la casa se convirtió en central levantándolo por encima del suelo, por lo tanto dejando intacto el ecosistema. Tres volúmenes se apilan unos sobre otros, diferentes formas en capas en diversas orientaciones forman voladizos y terrazas dramáticas posteriores, miradores y espacios verticalmente-comunicativos.
Casa Narigua, sobre las montañas del norte de México  p+0 arquitectura 2
La casa está fundida en hormigón visto ortogonal teñido con tierra del lugar con el fin de llegar a ser casi un incidente geológico más que una hazaña hecha por el hombre. El zócalo del nivel del suelo contiene el garaje justo al lado de la carretera principal, salas de almacenamiento con los muebles que podrían convertirse en dormitorios de invitados, y una sala de máquinas que libera a la azotea para una terraza con vistas de 360 grados. La siguiente planta contiene la entrada principal para los visitantes, la suite principal, y la escalera que conduce al nivel inferior. Por encima de todo, las áreas de cocina, comedor y living disfrutan de la compañía de un paisaje impresionante y el acceso a una de las muchas terrazas al aire libre. Terrazas y rincones, sobre todo en el lado oeste, donde dos picos dentados en la distancia se acercan.
Casa Narigua, sobre las montañas del norte de México  p+0 arquitectura 3
Un delicado juego entre paredes engrosadas, cubiertas planas, ventanas etéreas y pesadas vigas de madera permite que los habitantes experimenten cada cara de cada forma, mientras que los destellos del paisaje exterior se convierten en un hecho de la vida cotidiana. Los materiales también recuerdan una vernácula importante en la región, sin embargo abstraído en la modernidad que se encuentren. La casa se convierte en una escultura interactiva con espacios planificados que tienen tanto funcionalidad y belleza como su medio ambiente.

Tuesday, September 03, 2013

ARQUITECTURA DEL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE COCHARCAS /Por Armando Arteaga

ARQUITECTURA DEL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE COCHARCAS
(CHINCHEROS-APURIMAC)

Por Armando Arteaga



UBICACIÓN POLITICA
Departamento:                       Apurímac
Provincia:                               Chincheros
Distrito:                                  Cocharcas
Pueblo:                                   Cocharcas

UBICACION GEOGRAFICA
Longitud:                               73º  44'  24"
Latitud:                                 13º  36'  21"
Altitud:                                  3,030 m.s.n.m.


Ubicado en el lado Este de la Plaza Central, frente al río Pampas, se levanta pleno y sobrio el monumental Santuario de Nuestra Señora de Cocharcas.

El Templo, de muros de aparejo poligonal, destaca su presencia en “una corta pradera en la mitad de la bajada al Pampas, sembrada de huertas de melocotones y manzanas...”, como lo describió José de la Riva Agüero en su visita a la Quebrada del Pampas.




ANALISIS ARQUITECTONICO DEL SANTUARIO

ETIMOLOGIA DEL NOMBRE
Cocharcas significa en quechua “pantano” o “lugar cenagoso”, y es una corta pradera en la mitad de la bajada al rio Pampas.

DESCRIPCION DEL SANTUARIO

Fueron los Jesuitas, religiosos de la Compañía de Jesús, los primeros rectores y patrones del actual Santuario, los que diseñaron la primera fábrica de piedra y ladrillo. El Templo está rodeado por un atrio o cementerio, espacio que limita la construcción rectangular de 82 mts. de longitud por 54 mts. de frente.  Tiene dos imponentes pórticos: el principal, que se expone a la plaza principal, y el otro hacia el lado izquierdo, en el ingreso lateral del Santuario.

Los muros son de mampostería poligonal con “almenas”, como lo recuerda Riva Agüero, y como se observa en fotos en blanco y negro, fechadas en 1952.  Este atrio tiene muros de hasta 2.20 mts. de altura, ubicándose en los cuatro ángulos inferiores, pequeñas capillas abovedadas, con dos puertas de acceso cada una.  Estas en realidad eran “pascanas”, lugar de descanso para los peregrinos, y  servían al mismo tiempo de altares en las solemnidades y festividades del Santuario.  Sobre los muros posteriores de las dos capillas que dan sobre la Plaza, se erigen representativos altares de piedras rematadas en cruces, que se asemejan a los cruceros de los caminos, y que rematan en detalles ornamentales de ladrillo.



LOS PORTICOS DEL TEMPLO

El pórtico principal es un arco exornado, de grandes ladrillos rojos pegados con mortero de cal.  Tiene un arco de medio punto con archivoltas que decoran el paramento exterior, sostenido por jambas simples adornadas y adosadas por pilastras ornamentadas también con ladrillos en pequeños relieves, los cuales van formando una decoración de rombos inscritos en rectángulos, que nos recuerdan los muros chimúes con elementos marinos.

Sobre el arco aparece un detalle de “arquitrabe”, que ostenta el continuo de los ornamentos de ladrillo.  Coronando este pórtico hay tres pináculos: Los dos laterales exornan figuras abstractas, representando corazones que culminan en pirámides y esferas de piedra; el pináculo central es un abanico de rayos solares sobrepuesto sobre otro abanico simétrico.  Complementan esta unidad decorativa, dos pequeños ornamentos, y de remate, a los costados del pináculo central, una pequeña esfera.  A los costados de las pilastras, hay volutas y espiras marinas que simulan dos pequeños obeliscos de aguja, unidos al gran pórtico principal; hoy en día están más deteriorados, y las lluvias han erosionado y borrado las aristas de los ladrillos de estos elementos decorativos.  Vemos dos elementos de remate laterales, y en la parte central, un medallón de caja circular en bajorrelieve, armado todo con ladrillos.  Este pórtico se ha intervenido varias veces, disturbándolo.  Mantiene todavía su fábrica inicial.

DIMENSION Y ORIENTACION DEL TEMPLO

El Templo ocupa la parte central de atrio y mide 57.60 mts. de longitud hasta el ábside, y 22 mts. en la fachada, a lo ancho.  La planta es de cruz latina orientada de Este a Oeste.

DESCRIPCION DEL TEMPLO

Muchos encuentran similitud con el estilo y modelo de la Iglesia de la Compañía de Jesús del Cusco, que pertenecía a la Orden de los Jesuitas.  Esta Orden fue expulsada de España y de las Colonias, por orden de Carlos III, en el año 1767.

No es nada extraña por ello la procedencia del modelo de la planta, que tiene forma de una cruz latina, de una sola nave y con dos torres, con sus respectivos campanarios

Se ha referido que el fundador del Templo fue protegido de los jesuitas cusqueños.  Se asegura en las fuentes escritas que el autor de los planos fue el padre jesuita Francisco Aguilar de Villacastín, quien administraba el curato de Ccayara, cuando Quimichi llegó con la imagen de la Virgen de Cocharcas.  El siglo JHS (Jesús Homini Salvador), aparece en diferentes “partes” del edificio; en los retablos, en el púlpito, y en otros detalles de la ornamentación. La fachada del Templo es sobria, pero el conjunto resulta de una monumentalidad en donde destacan a la distancia sus torres y la cúpula.



EL FRONTISPICIO

La fachada o frontispicio consta de tres niveles. 

En el primer nivel se ubica el vano de acceso con arco de medio punto con “imposta” de moldura de “listel” y “faja”, y en la clave que cierra el arco, una “cartela” o ménsula que insinúa un balcón que da al coro del segundo nivel.  Aquí aparece un escudo en altorrelieve que tiene símbolos episcopales: mitra, bonete y cayado pastoral; debajo vemos una cenefa con la inscripción: “EILO. D-L.G.”, sigla que recuerda al Obispo de Huamanga Dn. Diego Ladrón de Guevara; lo cual nos da indicios de que la fecha de erección de la fachada corresponde a 1702, los primeros años del siglo XVIII.

Corona este escudo un querubín alado de cimero.  Los elementos constructivos y decorativos de este primer nivel destacan lo siguiente:

- Pilares aristados y adosados con bases y capiteles limpios de ornamentación, en pares, uno  a cada lado de la puerta de ingreso.
- Alfiz interrumpido, donde destaca el balcón, sobre cuyo arco descansan en relieve cinco  estrellas.
- Intercolumnas agrupadas o pilar con hornacinas poco profundas, enmarcadas por  molduras sencillas, con frontones redondos truncados o quebrados.  Sobre la “clave”  ornamental principal, destacan querubines alados.

En el segundo nivel, sobre la cornisa “salediza”, se asientan cuatro nichos excavados al costado derecho e izquierdo del vano que ilumina el coro.  Continuando con las intercolumnas, sobresalen en estupendas “peanas”, y destacan los íconos esculpidos en piedra de San Pedro y San Pablo.  Complementan la decoración del segundo nivel, un par de hornacinas en las intercolumnas de pequeñas pilastras; relevando el cornisamento saledizo, destaca el remate del frontispicio triangular.  La decoración es sencilla, una hornacina pequeña, central, flanqueada por pilastras que adosan como único detalle decorativo, los capiteles con dentículos, sobre los cuales se asientan un óculo, y un corazón rematado por una cruz, que va armonizando con los ojos de buey de los campanarios.

El tercer nivel es un frontón “encachado”, o revestido de piedra, en el que se destacan cada elemento de la destreza del aparejo nativo lítico.
La puerta de ingreso está guarnecida con aldabones, bulas y chapas decorativas, hechas en bronce.




LAS TORRES
Las dos torres son de almohadillado isodomo incaico, que se levanta hasta la altura del segundo nivel del frontispicio.  Están adosadas al imafronte, son cúbicas y tienen un cornisamiento en que se asientan los campanarios saledizos; éste está decorado con un friso  de enlazados geométricos y dentículos.
Los campanarios son de dos cuerpos y de cuatro vientos, lo que les otorga un aire de esbeltez y despegue por su elevación, esto es “sui generis” (no es común) en templos de pueblos rurales.



EL PATRIMONIO DE BIENES MUEBLES DEL SANTUARIO

El patrimonio mueble del Santuario es el que está más expuesto a una amenaza de extinción, tanto por obra del hombre como de la naturaleza.  Es necesario salvaguardar este patrimonio, por lo que en este expediente también planteamos que se realice un esfuerzo por asumir responsablemente la restauración y conservación de estos bienes muebles, asumiendo y enfrentando los desafíos vigentes generados de cierta irresponsabilidad e indolencia.  Esta tarea no es fácil.  En Cocharcas, buena parte de este patrimonio mueble no se ha cuidado, como es el caso del órgano; en otros casos estos bienes han sido sustraídos dolosamente.

El Archivo Parroquial que examinó el capellán Custodio Rodríguez en 1936, contiene nueve Libros de Inventario antiguos.


CRÍTICA A LA "CRÍTICA ARQUITECTÓNICA" / ARMANDO ARTEAGA

  De mi libro "La modernidad en la arquitectura", va un capitulo acerca de "Crítica a la "crítica arquitectónica"....